El fracaso no es una vergüenza si sinceramente ha hecho todo lo posible.

noviembre 21, 2020

Vivimos en un mundo competitivo que mide el éxito por ganadores y perdedores, e insiste en que cada victoria crea una pérdida de igual dimensión. Si una persona gana, parece lógico que otra pierda. En realidad, la única competencia que importa es aquella en la que compites contigo mismo. Cuando tu estándar de desempeño se basa en ser lo mejor que puedes ser, por tí mismo, nunca perderás. Solo mejorarás. Convierte en práctica el revisar objetivamente tu desempeño de vez en cuando. Cuando te quedes corto, evalúa la situación y pregúntate: "¿Hay algo que hubiera hecho o podría haber hecho para cambiar el resultado?" Si la respuesta es "no", si estás satisfecho de haber hecho lo mejor que pudiste, no pierdas el tiempo reviviendo el pasado. Simplemente aprende lo que puedas de la experiencia y luego entra en acción nuevamente. Si constantemente haces todo lo posible, tus fallas temporales se solucionarán por sí solas.

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