El sabio vigila sus faltas más de cerca que sus virtudes; los tontos invierten el orden.

septiembre 05, 2020

Todos tenemos dentro de nosotros el potencial para la grandeza o el fracaso. Ambas posibilidades son parte innata de nuestro carácter. El que alcancemos las estrellas o nos sumerjamos en las profundidades de la desesperación depende en gran medida de cómo gestionemos nuestro potencial positivo y negativo. Es dudoso que, si no se controlan, tus virtudes se descontrolen. Desafortunadamente, lo contrario no es cierto acerca de tus fallas. Si se dejan desatendidas, las faltas tienen una forma de multiplicarse hasta que eventualmente ahogan tus buenas cualidades. La forma más segura de controlar tus fallas es atacarlas en el momento en que aparecen.

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