Si la gente hiciera su trabajo con la mitad del esfuerzo y la creatividad que desperdician en un vano intento de engañar a otros, podrían lograr un gran éxito en cualquier cosa. En ocasiones, es tentador emular a aquellos que aparentemente se las arreglan sin trabajar muy duro, pero aquellos que engañan a la compañía al no hacer lo que se les paga para hacer, eventualmente pagarán el precio. Pagarán con la pérdida de su posesión más valiosa: su reputación. El valor de una reputación de honestidad e integridad es la diferencia entre una carrera llena de promesas y una vida de fracaso.