El privilegio de traer hijos al mundo conlleva la responsabilidad de enseñarles los fundamentos de un buen carácter.

octubre 19, 2022

Una de las mayores alegrías de la vida es la sensación de asombro que acompaña la llegada de un pequeño ser humano al mundo. Pero esa alegría va acompañada de una tremenda responsabilidad que resume a la perfección la necesidad de la iniciativa personal. Puedes brindarles a los niños todas las ventajas físicas de una buena infancia, pero a menos que te esfuerces por darles un buen ejemplo a seguir, solo encontrarás la frustración cuando lleguen a la edad adulta y se conviertan en personas sin propósito que van a la deriva. Tu iniciativa personal, estés o no criando a un hijo, debe incorporar siempre un comportamiento ejemplar. No puedes tomar atajos éticos, grandes o pequeños, sin que otras personas los observen y asuman que este comportamiento es algo que no te importaría haber rechazado. Ciertamente cometerás errores, pero si siempre te has esforzado por tomar el mejor camino, los demás te recordarán y te tratarán en consecuencia.

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