Los pensamientos que envíes a los demás tendrán un impacto mucho mayor sobre ti que sobre ellos. A diferencia de una posesión material, cuando liberas un pensamiento o se lo das a otra persona, también se queda contigo. Puede permanecer enterrado en tu subconsciente mucho después de que tu mente consciente lo haya olvidado. Al igual que las gallinas que regresan al gallinero por la noche, estos pensamientos pueden aparecer en tu conciencia cuando menos los esperas. Cuando tus pensamientos son positivos, nunca tienes que preocuparte por el daño que te puedes hacer a ti mismo a través del pensamiento negativo. Los pensamientos alegres, productivos y felices que están enterrados en tu subconsciente traen resultados positivos cuando se repiten, y por tu presencia fomentan el mantenimiento de una actitud positiva en todo lo que haces.