El fracaso no es una vergüenza si sinceramente has hecho lo mejor posible.

noviembre 07, 2020

Vivimos en un mundo competitivo que mide el éxito por ganadores y perdedores, e insiste en que cada victoria crea una pérdida de igual dimensión. Si una persona gana, parece lógico que otra pierda. En realidad, la única competencia que importa es aquella en la que compites contigo mismo. Cuando tu estándar de desempeño se basa en ser lo mejor que puedes ser, por tí mismo, nunca perderás. Solo mejorarás. Practica revisar objetivamente tu desempeño de vez en cuando. Cuando te quedes corto, evalúa la situación y pregúntate: "¿Hay algo que hubiera hecho o hubiera podido hacer para cambiar el resultado?" Si la respuesta es "no", si estás satisfecho de haber hecho lo mejor que pudiste, no pierdas el tiempo reviviendo el pasado. Simplemente aprende lo que puedas de la experiencia y luego entra en acción nuevamente. Si constantemente haces tu mejor esfuerzo, tus fallas temporales se resolverán por sí solas. 

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