Cuando tratas a tus competidores con la cortesía y el respeto que te gustaría recibir, la mayoría responderá de la misma manera, y el resultado es una industria estable, productiva y rentable. Por otro lado, una industria o mercado compuesto por competidores despiadados y poco éticos pronto se destruirá a sí misma. Cuando se te pregunte cómo se comparan tus productos y/o servicios con los de tus competidores, habla de manera respetuosa y cortés sobre tus rivales, pero utiliza la pregunta para trasladar la discusión a tu empresa y tus productos. Reconoce los puntos positivos de los demás y luego sigue adelante. Si te quejas demasiado de la competencia, los clientes potenciales pueden preguntarse qué se están perdiendo y negarse a comprar hasta que hayan comparado tus productos y servicios con los de otros.