Todos tenemos momentos en los que permitimos que otros nos hagan reaccionar emocionalmente, especialmente con ira. A menudo lamentamos nuestra respuesta más tarde, y prometemos que nunca más nos permitiremos comportarnos de esta manera. La próxima vez que sientas que aumenta la ira, recuerda que nadie puede enojarte o emocionarte sin tu consentimiento; de hecho, se requiere tu participación activa. Los que han aprendido a manejarse a sí mismos son las personas que están destinadas a ser líderes. Son elegidos para administrar a otros porque han demostrado que pueden administrarse a sí mismos. Son personas de carácter.